sábado, 31 de octubre de 2009

31/10/1991, 18 años despues.


Hoy sin falta tenía que escribir en el blog, hoy sin darme cuenta , han pasado 18 años de mi vida ejerciendo el papel más difícil que nos toca hacer a la mayoría de mujeres que escogemos libremente la opción : SER MADRES.
Es un papel difícil en nuestras vidas, tener un hijo es lo más grande y emotivo que puede pasarte, pues hace   que afloren sentimientos que cuando eres joven los banalizas , los criticas, sentimientos que ya experimentaron nuestras abuelas, nuestras madres, pero que como todo en esta vida, hay que experimentarlo en primera persona para poder valorar que significan.

Hoy analizo esos 18 años, y soy incapaz de poder expresar aquí, la lucha que supone tener un hijo y además ser madre trabajadora, todo y que nuestra generación los hombres han comenzando a compartir responsabilidades que no hace muchos años parecía vetadas a ellos.
Yo soy todavía de la generación donde si el padre sustituía ciertas actuaciones, el entorno te juzgaba mal, donde el tener que trabajar en depende que cargos, con depende que responsabilidades no estaba bien visto.
He sufrido para poder compaginar ambos roles, el de madre y mujer trabajadora con cierta responsabilidad en el cargo que ejercía, es muy duro marchar de viaje de trabajo y dejar a tu bebe con 38 de fiebre , el sentimiento de que lo dejas abandonado es tan duro!!!, es tan fuerte el ver cómo te mira tu familia, y con esa mirada te está diciendo, “ que valor que tienes”, o tal vez no?, pero esa era la percepción que yo tenía de sus miradas.
Estar a 1000Km en una reunión de trabajo, y que tu mente fuera incapaz de centrarse en la negociación que estabas llevando a cabo, pues la fiebre de tu hijo era el tema más importante en tu mente.
Es duro  que el cumple te coincida precisamente con una Jornada importante en el extranjero, es duro que su primera fiesta de disfraces estés en la otra punta de España, es duro porque por desgracia hemos recibido una educación donde el papel de la madre es el pilar de la familia, y no, no digo que eso no sea bueno, pero para mí no fue grato.
Es duro renunciar a tu trabajo  del cual disfrutas cuando ves que realmente los abuelos ya no pueden cubrir las necesidades de tu hijo, sus primeros exámenes, sus primeras frustraciones, su primera confidencia de medio adulto, es ahí donde realmente decides que has llegado a tu cima en la escala laboral, y que hay una parte importante de la vida de tu hijo la adolescencia, que no te quieres perder, que no quieres compartir con nadie, que pase lo que pase en esa etapa, es la que siempre recordara , o al menos esa es mi experiencia, y la mía, a pesar que mi madre fue siempre el pilar, no fue una adolescencia feliz, y me negaba a que mi hijo cuando sea tan mayor como yo, alguna vez pueda penar eso.
SI!!, se que esa etapa, sea en la situación que sea, siempre es una etapa difícil, pero para mí era muy importante que supiera que estaba aquí,para ayudarle si él quería en ese proceso, no sé si algún día sabré que nota me pondrá mi hijo, pero si tendré la tranquilidad de haber estado siempre a su lado, en los bueno y malos momentos, de haber intentado evolucionar como persona, de analizar que mi época no es la suya, que sus problemas por muy similares que fueran a los míos en la adolescencia, no se podía contextualizar en el mismo sentido.

En fin hoy he recordado cuando en un día como hoy hace 18 años, me llevaban al quirófano para practicarme una cesárea, y tenía tanto miedo, tanto!!!!!!!!!, y a la vez tanta ansiedad por ver su carita, que todavía tengo la imagen nítida de los pasillos , del ascensor y de la entrada al paritorio de la antigua Clínica Dexeus, de la cara del tocólogo, de la mano amiga de la comadrona, de la sensación de cómo el bisturí, rasgaba mi vientre, y de cómo en menos de 10 minutos, DAVID estaba ya entre nosotros, de cómo yo una vez me lo pusieron encima de mi pecho, le miraba para ver si le faltaba alguna cosita en su pequeñito cuerpo, me maravillaba que un ser tan perfecto saliera de mis entrañas, que fuera sangre de mi sangre, le pedí a Dios en ese momento que me ayudara para el resto de mi vida, a cubrir sus necesidades como ser humano, como persona, y a que el papel de madre el cual no me había aprendido ni una línea del guion, entre otras cosas porque no hay guión disponible en la librerías para aplicar, fuera la tarea más maravillosa que pudiera ejercer.

Hoy 18 años después, pienso que es el papel más bonito que puedes representar en la película de la vida.