miércoles, 26 de noviembre de 2008

ALEGRIA, donde estas?

Cada ser humano viaja por el mundo con su equipaje acuestas.
Es el resultado de su experiencia de su aprendizaje, aunque se llega al mundo con una pautas ya marcadas por los genes, carácter, educación vamos modelando la propia existencia y formando ese abultado equipaje que cada cual lleva a cuestas sobre sí.
Uno va caminando y almacenando aquello que lo va haciendo crecer, madurar, a veces endurecerse, otras sensibilizarse, y el volumen de ese equipaje va creciendo de tal modo que a veces es preciso detenerse y repasarlo para no dejar nada en el olvido
Decidí repasar mi equipaje, por algún comentario sobre mi actitud que de repente me dejo muy sorprendida y pensé: “ eso no puede ser... debo repasar donde esta aquello que creía tener y que los demás no encuentran en mi”...
Entre en el almacén del recuerdo, allí donde voy archivando aquello que voy aprendiendo, aquello que ya tenía, lo que fui conociendo, lo que todavía tengo que aprender, y busque hasta encontrar aquello que dicen no tengo...
He de reconocer que tuve que sacudirle el polvo... estaba como olvidado en él último rincón... pero ¡! Estaba!!...enmohecida... tristemente olvidada...pero estaba!!!!...
Era ella... más vieja... oxidada de no usarla... pero viva, era mi ALEGRIA.. Esa alegría que tenia a flor de alma, con la que alborotaba mi casa de niña... aquella alegría que hacia sonreír a mi padre, que adoraba mi abuela... ¿dónde? se había ¿escondido? ¿Y por qué?...
Intenten recordar cuando deje de usarla... cuando mis problemas de persona adulta habían ganado la batalla a ese cascabel que yo recordaba era... y no puedo asegurar en que parte del camino se quedo olvidada... que motivo tuve para dejarla de usar, solo sé que me dolió tomar conciencia de mi austeridad, de esa postura siempre sesuda y responsable que asomaba a mis ojos.
Para ser responsable no es preciso la tristeza... para ser honesta no es menester, vestirse con un halo de seriedad, de interiorismo...
Pido disculpas a mi ALEGRIA, por el olvido a la que fue sometida, disculpas a mis amigos, por no dejarles ver donde estaba mi alegría dormida, en mi correr por la vida debo aprender a guardar sin dejar de usar, la alegría junto a la pena, en partes equitativas, medidas, para no perder el equilibrio, para no perderme en las brumas de la tristeza, ni del olvido.